Tocó la puerta por centésima vez pero esta no se abría. Ya no sabía qué hacer y la angustia carcomía de apoco sus nervios.
—Sal por favor.
Suplióo con un nudo atorado en la garganta.
—Ya no sé qué hacer contigo… —prosiguió—, ¿te das cuenta de lo inmaduro que es hacer esto a tu edad? Sabes perfectamente que estoy muy preocupado por ti, ¿por qué te cuesta tanto contestarme?
Frustrado tomó asiento en el frío piso y apoyó su espalda en la puerta. Guardó silencio y frotó con ambas manos su cabeza, resopló con fuerza, en un vano intento de tranquilizar sus nervios.
—¡Joder! ¿Podrías decirme siquiera porqué estás así? Acabo de llegar de viaje y me encuentro con esto… Mir me dijo que llevas encerrado ya dos días. Estaba trabajando e interrumpí eso por venir a verte… ¡contéstame!
Enojado se puso de pie y pateó la puerta con todas sus fuerzas.
—¡Anda pues! Quédate ahí encerrado y muere de hambre si quieres. No soy tu niñero, ¡entiende que ya eres un adulto y no un niño!
—Eso quieres, ¿verdad? —Un quedo susurro se dejó escuchar.
—¡Vaya! Por fin hablas, lástima que solo lo hagas para decir estupideces. Abre la puerta, necesito hablar contigo.
—¿... Me quieres?
—¿Vas a empezar otra vez con eso?
—Contesta.
—Al parecer estás bien, así que me voy. Tengo que terminar el trabajo que dejé por tu culpa.
DongHae escuchó uno a uno los pasos de KyuHyun alejándose de la puerta, se dio cuenta de que volvía a estar solo.
—No KyuHyun… no estoy bien.
Ante las órdenes de Cho, Mir llevó de nueva cuenta una bandeja con comida a la puerta de Hae. Tocó varias veces y otra vez no había respuesta.
—Joven KyuHyun, lamento volver a molestarlo pero DongHae se niega a abrirme.
El aludido bufó molesto, rodó los ojos y hastiado con la infantil actitud de su novio, caminó dispuesto a sacarlo de su guarida.
—¿¡Cuándo piensas salir de ahí, DongHae!? Tengo que trabajar y no puedo estar cuidándote. ¡Abre la maldita puerta o la voy a tirar!
Le gritó a la nada alrededor de cinco minutos, Mir lo observaba desde la escalera asustado. Su amo estaba perdiendo los estribos. KyuHyun corrió con rumbo al desván en busca de algo que lo ayudara a romper la puerta. Luego de unos minutos apareció con un bate en las manos.
—Es la última vez que lo digo DongHae, ¡abre la puerta o la tiro!
Esta vez no espero a que le respondieran, con todas sus fuerzas se encaminó hacia su objetivo y le encestó unos cuantos golpes con todas sus fuerzas. La habitación estaba hecha un desastre, cosas rotas y ropa revuelta.
—¿Donghae…? —Llamó Kyuhyun—, ¿Hae, en dónde estás? Ya deja de jugar conmigo.
Con un repentino dolor púnzate en el corazón se dirigió hacia el baño. La escena que vio a continuación lo devastó por completo. El cuerpo de su novio se encontraba sumergido en la tina de baño, flotaba y se veía por completo blanco, sus ojos estaban cerrados y ya no se movía ni un solo musculo en su ser, en su rostro una sensación de infinita tristeza se dejaba ver...
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