Día 11: Hechizo

By KyuNaFish - 3:54 p.m.





Fyodor nunca fue alguien muy adepto a este tipo de celebraciones, sin embargo, asistió a la famosa fiesta de disfraces que se llevaba a cabo cada año en su universidad, donde en algún momento de la noche, entró de repente, —por la puerta principal y como brillando con luz propia—, este chico pelirrojo de primer año vestido de bruja.

Suena gracioso cada que lo recuerda, claro, porque por más delgado y pequeño que fuera Nakahara, seguía siendo hombre, además de que el concepto de «bruja» siempre te hace pensar en alguien verde, narizón y con verrugas. Ah, pero ese día, Nakahara era alguien para considerar; vestía totalmente de negro: pantalón de cuero ajustado, camisa de encaje con cola—tal vez demasiado reveladora—, botas a media pantorrilla con un tacón de aguja considerablemente alto, un sombrero ridículamente grande y una estúpida escoba.

Para cuando pasó cerca de Fyodor y lo saludó… ¿Por qué lo hizo? Ni siquiera se conocían… Fyodor fue capaz de notar sus uñas largas y puntiagudas, pintadas de rojo. Sus ojos estaban delineados de un negro espeso y una sutil sombra rojiza coloreaba sus parpados también. Su perfume olía intenso, como frutas rojas y prohibidas.

Y es que, en efecto, Nakahara era el fruto prohibido más apetecible que podías encontrar en ese lugar. Novio del hijo del dueño de la escuela, ni siquiera podías mirarlo más de dos segundos a la cara porque Dazai Osamu iba a hacerte algo muy malo.

De verdad, muy malo.

No obstante, Fyodor era este tipo de estudiante extranjero que no veía la diversión si algo no estaba prohibido, y esa noche de Halloween caminó hasta Nakahara cuando su novio no estaba cerca para decirle, con la cara más arrogante y sexy que sus facciones le permitieron hacer «tendría que decirle que me ha hechizado en cuerpo y alma».

Por supuesto, Nakahara sólo se rio y para cuando Dazai se enteró de esto, hizo lo mismo.

Ahora son contadas las veces que Fyodor sale de su dormitorio. 

  • Share:

You Might Also Like

0 comentarios