Día 24: Gigante

By KyuNaFish - 7:12 p.m.





Toda su vida Chūya tuvo que lidiar con los estantes altos en el supermercado, donde tenía que dar saltitos ridículos para alcanzar las latas que estaban arriba. En casa era un poco menos incómodo porque podía usar un banco para ayudarse, pero aún así… Ser pequeño era algo tan inconveniente.

Afortunadamente eso cambió a sus veinticuatro años, cuando conoció en la librería de cerca de su trabajo a Fyodor, el gerente del lugar que lo ayudó a conseguir un libro de recetas de cocina antes de que tuviera que dejar su dignidad allí.

Y dos años después, en cada visita a las tiendas de abarrotes o a cualquier lugar donde haya un estante al que parece imposible llegar, Fyodor está a su lado, mirándolo con una pequeña sonrisa mientras le alcanza lo que pide y le dice que le alegra que sea bajo, porque así tiene una excusa para permanecer siempre a su lado.

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