Día 3: Blancanieves

By KyuNaFish - 10:00 p.m.






—Espejito, espejito que me ves, la más hermosa de toda la Mafia Portuaria, dime, ¿quién es…?
—¡Oh, Kōyō, que sin duda la más hermosa eras!, ahora Nakahara Chūya mil veces te supera.

Akutagawa se ahogó con su saliva y tosió.

Higuchi rio nerviosamente mientras fingía no escuchar.

Gin sonrió detrás de su máscara.

Tachihara asintió vigorosamente a la afirmación.

Hirotsu carraspeó, tratando de mantenerse serio.

Mori no se contuvo y dijo algo estúpido a lo que nadie prestó atención.

Elise apartó el espejo que sostenía frente al rostro de Kōyō y lo movió hacia Chūya; Chūya tenía la cara rojo brillante por la pena. La peluca larga y negra le enmarcaba el rostro de manera graciosa, suavizando sus afilados rasgos; sus ojos azules se veían extremadamente grandes debido al delineador brilloso que Kōyō puso en él; el vestido blanco era la guinda del pastel, tan ajustado y corto que hacía lucir a Chūya como una chica en exceso pretenciosa.

¡Vaya que era difícil ser él!

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