—¿Alguna vez has matado a alguien?
XiuMin tuvo que pasar saliva ante aquella inesperada pregunta, también,
se tomó su tiempo para darle la cara al joven que sentado y esposado solo
algunos pasos detrás de él, seguía dando el mismo —tal
vez incluso más—, miedo del que libre ocasionaría.
—¡Por supuesto que no! —Su voz salió temblorosa,
pero cargada de indignación.
—Eres un policía, —el preso sonrió—
¿de verdad? —El rostro de XiuMin enrojeció ante la ira.
—¡Estamos para cuidar a las personas!
—Cierto. —La voz del muchacho cambió, volviéndose
ligeramente más suave y baja; sin embargo la perturbadora pequeña sonrisa de su
rostro se amplió un poco más—. Pero es divertido matar…
Los ojos del policía se abrieron grandes y la característica
picazón en la espalda baja provocada por los escalofríos apareció, su cuerpo se
quedó inmóvil, peligrosamente quieto. Su boca permaneció abierta pues lo que
pensaba decir se esfumó antes de poder hilar las palabras correctamente; tener
a aquel asesino de niños allí, frente a él y luciendo un horroroso uniforme
anaranjado, con una sonrisa estampada en su fino rostro, además de sus enormes
ojos brillosos puestos fijos en su persona… era simplemente demasiado.
Ni siquiera lo vio venir y mucho menos tuvo tiempo de reaccionar,
en algún momento KyungSoo movió las piernas y lo pateó, dejándolo en el suelo;
allí fue mucho más fácil para el pelinegro: azotó la cabeza del policía
derribado varias veces hasta que este ya no presentaba signos de que fuera a
reaccionar, quizá, ya estaba muerto. Robó las llaves que correspondían a sus
esposas y se liberó, también tomó el arma de XiuMin y la guardó en sus
bolsillos. Movió la silla en la que anteriormente estaba sentado hasta el
extremo derecho de la habitación y subiendo a esta, fue que logró llegar al
ducto de ventilación. Abrió la rejilla con una familiar facilidad y se
escabulló por allí.
El detective Park abrió la puerta de la sala de
interrogatorios y, tanto el café de su mano como los papeles que traía en la
otra cayeron al suelo, desparramándose sobre el inerte cuerpo de XiuMin.
—¡Mierda!
Giró sobre sus pies y salió corriendo de aquel cuarto,
pistola en mano y recargando ya los cartuchos que le entraran a su revolver.
Para cuando todas las sirenas de la prisión comenzaron
a sonar, Do KyungSoo simplemente ya no estaba allí.
* Es la cosa amorfa que se me acaba de ocurrir al ver el vídeo que encabeza, thank you mil por enseñarmelo, Vale <3 ;;
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