Elise continuaba riéndose de una forma
histérica porque Chūya no parecía molesto con ella por haberlo dibujado como
una mujer, no, al pelirrojo lo único que pareció importarle al ver el libro de
dibujos que Elise trataba de esconder, fue que era una chica de pocos atributos
que más bien lucía como un niño un poco crecido. En cambio, Dazai era esta
morena ardiente que usaba minifalda y presumía así unas piernas de infarto, su
blusa con cuello alto sólo marcaba más sus enormes senos y para colmo, lucía
gigante, como modelo de Victoria’s Secret, y dibujar a la pequeña cosa llamada
Chūya a su lado, sólo lo hacía lucir más miserable.
Ciertamente, el temible Nakahara Chūya
estaba gimoteando porque no tenía curvas.