¿Está de más decir que mis sonrisas después de aquello eran la
perfecta representación de lo falsa que puedo ser?
Soy racional, inteligente y madura hasta cierto punto… pero nada de
esto me impide sentir que he sido traicionada. Entiendo que para ti nuestro
fugaz «romance» no haya significado nada, porque dejaste bien en claro tu posición
respecto a no querer nada formal, dijiste que no creías en el amor, que no estaba
dentro de tus posibilidades darme un corazón y futuro que no tenías… pero yo ya
estaba enamorada de ti, ¿puedes comprenderlo? ¿Siquiera eres capaz de imaginar
lo que significa para mi infantil e inexperto corazón el amor?
La ilusión que me daba tu chispeante personalidad; el efecto arrollador
de tus inteligentes comentarios y que te regodearas demostrando tu poder por
ser mayor. Fuiste el eclipse que con su oscuridad entera me tragó.
Aunque lo negabas, siempre supiste más del amor que yo; conocías de
antemano el dolor de ser herida y rechazada, también la dulce y empalagosa sensación
de estar ilusionada…
Empaqueté para ti todo lo que podía darte a pesar de todo, tú lo
tomaste con fingido amor y prometiste cuidarlo y conservarlo durara el tiempo
que esto durara… y duró tan poco, tan nada.
Un día solo desapareciste tan mágicamente como llegaste.
Ha pasado un tiempo y seguimos en contacto, tú por tu lado y yo por el
mío; fue el acuerdo que estúpidamente acepté: seguir siendo cercanas. No obstante,
comprendí que ser amiga de a quien sigues amando es algo insano, y te odio
porque si tú habías pasado por esto, conociendo el dolor que produce, ¿cómo
fuiste capaz de pedirme semejante cosa?
Crecí… y aun te quiero, pero también busco mi venganza.
Vamos a seguir sonriendo, vamos a seguir jugando, vamos a seguir con
esto, vamos a seguir fingiendo.
0 comentarios