Xin Mo 2 {KyuHae}

By KyuNaFish - 8:30 p.m.



KyuHyun deja escapar un grito que casi le desgarra la garganta, el pecho le arde y el dolor da la sensación de que lo acaban de cortar por la mitad. No obstante,  brinca de la cama y abandona su habitación corriendo con todas sus fuerzas. Al mismo tiempo en que sale al corredor, DongHae asoma su cabeza y la expresión de su rostro es una de total preocupación.

—¿Qué pasa? —pregunta.

Antes de que KyuHyun pueda darle una respuesta, el ruido de una explosión en la calle lo alerta aún más. Trata de hacer caso omiso para no entrar en pánico ni asustar a DongHae.

—¿Dónde está HyukJae?
—Salió por la ventana antes de que gritaras. —Las manos de KyuHyun se hacen puños.
—¿Te dijo algo? —Mientras bajan las escaleras, KyuHyun escucha más detonaciones y, enseguida, el choque de espadas.

Un youmu débil no tiene espadas.

—Hyuk dijo que corrieramos.

DongHae está temblando y KyuHyun no sabe qué hacer.

Más apresurado que nunca, trata de arrastrar al castaño hacia el sótano de su patio, sin embargo, apenas abre la puerta para salir y una barrera de energía espiritual los hace retroceder, impidiendo que alcancen su objetivo.

—¿Hyun? —DongHae le estruja la mano.
—Silencio.

Resguardando a DongHae detrás de él, KyuHyun mira en todas direcciones antes de detenerse en un punto fijo; sobre la cerca de su casa se encuentra un chico rubio y de facciones hermosas pero frías, que los observa como un gato lo haría con un ratón.

—¿Quién eres? —Una risa burlona es lo que obtiene como respuesta. KyuHyun aprieta los dientes.

El desconocido salta de la cerca y aterriza con elegancia frente a ellos. De repente, coloca la palma de su mano derecha hacia arriba y una espada roja como la sangre emerge en instantes, la empuña y, sin advertencia alguna, se impulsa hacia KyuHyun. KyuHyun invoca una barrera para detenerlo, pero el extraño la atraviesa como si fuera el más fino cristal y cae sobre él.

—¿Eres un guerrero? —KyuHyun alcanza a patearlo, haciendo que el extraño suelte su espada para así tomarla él, pero, al tocar el arma, ésta se vuelve líquida y se escurre entre sus dedos para arrastrarse por el suelo y regresar a la mano de su maestro, donde vuelve a tomar su forma.

KyuHyun se impacta ante esta acción porque sólo hay un grupo de guerreros que pueden hacer esto y, definitivamente, no son buenos. 

Tampoco débiles.

A una distancia prudente, DongHae se limita a observar casi con la boca abierta porque… ¡Porque es increíble! ¡El extraño está usando su sangre como arma y KyuHyun crea destellos blancos con sus palmas! No obstante, DongHae sale de su estupor cuando HyukJae repentinamente aparece a su lado y lo abraza.

—Quédate quieto. —La orden apenas es audible.

El rostro de su hermano está lleno de hematomas y suda profusamente, tiene un gran corte sobre la ceja derecha y emana tanta sangre de él, que la herida llega a verse mucho más escandalosa de lo que en realidad es. DongHae traga saliva y sus manos tiemblan, instintivamente se acerca más a HyukJae para tratar de limpiarlo, pero antes de poder siquiera rozarlo con las yemas de sus dedos, es elevado al menos cuatro metros hacia el cielo y encerrado en un cubo gigante de color verde translúcido.

—¡Hermano! —grita, aturdido momentáneamente. Desde abajo, HyukJae se contenta con sonreírle, indicando que todo estará bien, pero de ser el caso, entonces ¿por qué los ojos de su hermano se ven tan tristes?

DongHae no logra comprender del todo lo que pasa abajo, se convierte en un simple espectador y está molesto, pero también muy asustado, los latidos de su corazón corren desbocados y su bum bum es lo único que puede escuchar.

En tierra, HyukJae corre para levantar a KyuHyun del suelo y le da un par de palmaditas en el hombro.

—¡Lee! —El cuerpo de HyukJae se tensa enseguida ante el llamado y, parándose frente a KyuHyun, adopta una expresión feroz—. Entrégalo, ¡entrégamelo y vas a vivir!

HyukJae no contesta a la provocación, en su lugar, se impulsa hacia adelante y alcanza a golpear al rubio en la cara, haciéndolo volar un par de metros lejos. Al segundo siguiente se gira para susurrarle algo a KyuHyun y luego lo patea también. KyuHyun recupera el aire y abre los ojos en shock al darse cuenta de que está dentro de la barrera con Hae y sin oportunidad de nada más.

—¿Hyun? —DongHae duda por un segundo, pero no le presta mucha atención a la razón de que el pelinegro ahora lo acompañe; reanuda con frenesí el golpeteo que mantiene contra las paredes del cubo. No lo ha hecho por mucho tiempo, pero la fuerza usada es tanta, que sus nudillos ya están rotos y llenos de sangre—. ¡Ayúdame! —insta de pronto.

KyuHyun no reacciona a esos gritos. 

Permanece sentado a su lado, con la cara pálida y los ojos enrojecidos.

—KyuHyun, ¡maldita sea, no te quedes ahí! HyukJae… ¡Él…! 
—Hae… —DongHae respinga cuando KyuHyun lo atrae con un brazo y lo acerca a su pecho, alejándolo de las paredes verdes.
—¡Suéltame! —KyuHyun hace lo contrario y aferra ambos brazos con más fuerza a su cintura.
—Tu hermano te ama… —DongHae se sacude.
—¡No!
—Eres lo más preciado… —No hay que ser muy listo. La escena abajo, las palabras dichas, ¡es una inaceptable despedida!
—No… no… ¡Cállate! —¿Desde cuándo KyuHyun es tan fuerte? Por más que DongHae intenta, no logra escaparse de su agarre, o siquiera moverlo.
—Más precioso que su propia vida…
—¡Hermano! —El sollozo es desgarrador y, a pesar de la barrera,  HyukJae lo escucha con claridad.

Los gritos de DongHae destrozan su alma y es inevitable flaquear. Por más que intenta ignorar las súplicas de su hermano, es imposible negar que una parte de él no quiere decir adiós.

—¿Qué pasa con los gritos? —Su oponente interrumpe su tren de pensamientos—. Eres fuerte y lo reconozco, podrías estar brillando justo ahora bajo el cuidado de algún clan poderoso.
—¿Eso crees? —HyukJae pone toda su fuerza en sostener la empuñadura de su espada. No deja que las palabras contrarias lo distraigan.
—Un talento innato, juventud, tanto poder… Y aún así te resistes a nosotros, crees que puedes vencerme. —Una pausa—. Entrégame al niño, y al otro, al lastre que te persigue, consideraré dejarlo vivir contigo. 

HyukJae se lanza contra él antes de que siga hablando, pero falla por muy poco en su intento de golpear el pecho contrario. Su oponente es realmente fuerte y ágil, lo tiene claro, pero no piensa darse por vencido tan fácilmente. Sin embargo, sus ataques son esquivados sin mucho esfuerzo y finalmente HyukJae recibe un golpe en el abdomen que lo deja aturdido y en el suelo.

Hay sangre. Tanta sangre que la nieve ya no es blanca.

—Debo decir que has logrado entretenerme un rato, Lee HyukJae, pero dime, ¿crees que has logrado algo con esto? Ahora tu querido hermano no te tendrá para protegerlo, y tarde o temprano daremos con él —asegura al tiempo en que estira su mano y deja que brote la sangre desde su palma—. Es una lástima...

Desde lo alto, KyuHyun ve aterrado cómo la sangre se transforma en una gran espada, y cuando el rubio la levanta para dar el golpe final, esconde el rostro de DongHae en su pecho y desvía la mirada. DongHae escucha demasiado fuerte el lamento de KyuHyun, quien grita un «te lo prometo» al mismo tiempo que, allá abajo, el dueño de la sangre maldita le corta la cabeza a Lee HyukJae mientras una enferma sonrisa de superioridad le da forma a su boca.

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