Trouble VIII {Soukoku}

By KyuNaFish - 3:29 p.m.




«¿Qué pasa si te digo que aún ahora te amo?»


Chūya no sabe qué hacer, las manos le están sudando y da gracias por estar sentado, de lo contrario, seguramente sus piernas no soportarían.

—Yo… —Fyodor lo silencia elevando la mano.
—No me mientas, se vuelve peor.

Los ojos de Chūya amenazan con evidenciar aún más el dolor que siente. Inhala todo el aire que sus pulmones le permiten y se traga con ello el nudo atorado en su garganta.

—Lo siento, pero todo esto —se señala a sí mismo y a la casa— fue un error desde el principio. —Fyodor lo mira en silencio; una sonrisa ladeada adorna su rostro al tiempo en que mordisquea su labio inferior—. Intenté quererte, lo juro, ¡pero no pude! —Ante el silencio de Fyodor, Chūya camina dando zancadas hasta su habitación, donde presuroso comienza a armar su maleta—; no me llevaré nada que no sea mío.

Fyodor comienza a reírse detrás de él y Chūya trata de ignorarlo.

No puede.

—¿Qué es tan gracioso? —Al darse la vuelta, Chūya nota por fin que Fyodor está llorando. Se queda un par de segundos en shock porque la imagen es demasiado increíble para ser cierta.

Se supone que tú eres fuerte. Eres malo. Estás vacío. Tú no sientes. Se supone que eres como Dazai.

 —No… tú simplemente… —Chūya no puede evitar sentirse como un monstruo sin corazón— ¡no puedes! —Con un giro violento, regresa a lo suyo. Las lágrimas están bañando su rostro también y ve borroso pero no le importa.

Ya nada importa.

Podría darle más excusas a Fyodor, decir infinidad de cosas para justificar sus actos. Parar con su histérico ataque e ir a limpiarle las lágrimas y luego abrazarlo. Conformarse con la seguridad que le da saber que allí está a salvo y quedarse… pero no.

Y todo por un estúpido audio que Dazai mandó estando borracho. Aunado a su infaltable patético masoquismo, por supuesto.

«¡Chūya! Estaba recordando nuestros días de adolescencia. Cuando nos conocimos… las bromas que te hacía, la vez que pateaste mi cara y rompiste mi nariz… ah… nimiedades, ya sabes, esas pequeñas alegrías que uno suele recordar con anhelo cuando está tan solo y triste. Pero Chūya, decidí llamarte por un recuerdo en específico y dado que no respondiste, me vi obligado a enviar un audio antes de que pierda el valor… ¿Recuerdas la vez que preguntaste si te amaba y yo te dije sonriendo “prefiero no verte llorar?” Bueno, Chūya, creo que este es un gran momento para que yo haga mi pregunta también: ¿qué pasa si te digo que sí, que en realidad te amaba desde antes que tú a mí? ¿Qué pasa si te digo que aún ahora te amo? Porque lo hago.

Chūya, perdóname.»

Es un rayo de luz apenas perceptible que lucha por vivir en una infinita oscuridad, pero Chūya se aferra a él con las pocas fuerzas que le quedan. Años esperó por escuchar esas palabras de boca de Dazai y anhela con fervor que el castaño las repita, pero esta vez estando de frente y mirándose a los ojos.


Chūya necesita la verdad de una vez por todas y, con un ticket de avión en la mano, va a ir por ella.

  • Share:

You Might Also Like

0 comentarios