Día 2: University AU

By KyuNaFish - 12:42 p.m.

 

Mo Ran/Chu WanNing

 

Con los codos apoyados en el barandal del balcón y las manos acunando su rostro, WanNing observa al hombre que está abajo con minuciosa atención: Mo Ran jadea, su rostro está un poco rojo y parece no poder hablar, no obstante, sus ojos que reflejan el brillo de la luna simulan fogatas que fulguran, llenos de emoción. Hay una sonrisa en el rostro de ambos, sutil y fresca, que sabe a la primavera prometida hace años.

 

Un muchacho rebelde corría por los pasillos de la institución: su cabello un poco largo y desordenado, detrás de él había otro de aspecto contrario: impecable de la cabeza a los pies, nada estaba fuera de lugar si ignorabas que también corría y además, estaba gritando. Chu WanNing frunció el ceño cuando escuchó los ecos del escándalo, pero era su primer día, no estaba familiarizado del todo con el camino y tampoco con las reglas: lo ignoró.

 

Gran error.

 

No había dado más de diez pasos fuera de dirección cuando uno lo empujó, haciéndolo chocar contra la pared y ocasionando que sus anteojos cayeran, el segundo pasó, aplastándolos y produciendo un sonido tan crujiente que detuvo cualquier movimiento que estuvieran —cualquiera de ellos— por hacer. WanNing entornó los ojos, el joven frente a él iba a decir algo hasta que sus miradas se encontraron; extrañamente, Xue Meng —que siempre era muy educado y elocuente—, hoy se quedó en blanco, sin saber qué hacer. Mo Ran regresó sobre sus pasos y se agachó, tomando los lentes rotos con cuidado y listo para disculparse. Pero le pasó lo mismo que a su primo; al levantar la mirada y ver detenidamente el rostro contrario, olvidó por completo su excusa y no supo qué decir.

Pareció una eternidad, aunque fue cosa de segundos. WanNing arrugó la nariz y se dio la vuelta, sus pasos rápidos y grandes, pronto, Mo Ran y Xue Meng lo perdieron de vista.

Horas más tarde, el par de delincuentes volvió a encontrarse con Chu WanNing. Aquel joven que parecía ser un nuevo compañero, tenía otros anteojos y llevaba un maletín, con una expresión justa y el aura que gritaba «soy poco accesible», se paró detrás del escritorio y con tiza blanca escribió su nombre en letras grandes y bonitas.

 

—Desde hoy, soy su maestro de matemáticas.

 

Él, que no parecía ser mucho mayor que ellos, empezó a darles clase.

 

Pronto se volvió popular: alto y de piel lechosa, guapo de una forma fría y afilada, tenía el temperamento de un erudito y que no sonriera, sólo lo acercaba más a la imagen del inmortal que describen en las novelas: del que todas las chicas se enamoran perdidamente y los chicos toman como modelo a seguir. Sin embargo, siempre hay excepciones, el par de revoltosos que conoció en su primera hora dentro de la facultad se quedaba lejos a pesar de tener clase con él casi toda la semana. Cuando les preguntaba algo los dos tartamudeaban y divagaban, se ponían rojos y parecían sudar por todos lados; en general lucían estúpidos, y WanNing habría preguntado en dirección si tenía un caso de estudiantes con retraso de no ser porque a la hora de responder sus exámenes, uno era excelente y el otro entraba en el rango de lo normal.

 

WanNing detuvo primero a Xue Meng; se enteró por casualidad que era el hijo del director y decidió que quería aclarar las cosas con el chico. Amaba ser maestro, enseñar era para lo que nació, así que no estaba dispuesto a perder su trabajo por algún tipo de malentendido.

 

—Señor —Xue Meng miraba sus zapatos—, estoy avergonzado porque ese día fui muy descuidado pensando que sería un compañero de algún grado más alto y entonces pensé que no sería tan importante si no me disculpaba además de que es usted muy guapo y yo me impacté por un momento y luego apareció diciendo que sería mi maestro y es tan inteligente que me abruma y por eso sigo sin poder pedir perdón dada mi inexcusable falta así que estoy en constante miedo de que no le agrade a alguien tan genial como usted —como siempre, Xue Meng terminó con la cara roja y la frente sudorosa, sus ojos estaban aguados y parecía estar a punto de llorar. WanNing miró para todos lados, esperando que nadie viera el espectáculo, ¡parecía que acababa de intimidar a su alumno! Además, sólo había podido entender la mitad de lo que escuchaba, ¿cómo podía ser la lengua de un humano tan rápida?

—Está bien, respira —le dio con cuidado un par de palmaditas en el hombro y trató de sonreírle—, el accidente está en el pasado —su voz también se suavizó—, eres un estudiante modelo, por favor, no hay razón para sentirse avergonzado conmigo. Empecemos de nuevo, olvidemos lo que sucedió.

—Maestro, es usted tan bueno —WanNing estaba por responder, pero Xue Meng comenzó a llorar en serio al momento siguiente y como si su vida dependiera de ello, corrió hacia la salida.

 

Aunque bochornoso, todo se arregló cuando al día siguiente, Xue Meng comenzó a portarse como un completo devoto de WanNing. Hablando maravillas de su apuesto e inteligente maestro a dondequiera que iba, presumiendo que «está al nivel de resolver problemas más rápido que una computadora cuántica».

 

El día que Luo FengHua —uno de los colegas de WanNing se lo dijo—, WanNing pensó que quizás, no debió aclarar las cosas con ese chico.

 

La ocasión para abordar a Mo Ran no sucedió mucho después. Ya era tarde, WanNing salía de una junta de profesores y se topó a Mo Ran en las canchas; el joven estaba sudado y vestía su uniforme deportivo, llevaba un balón de baloncesto bajo el brazo y una botella de agua ya vacía colgaba de su mano.

 

—Maestro —él fue quien habló primero, pero también quien intentó marcharse inmediatamente.

—Mo Ran, espera —WanNing lo llamó, el sol que se despedía todavía alcanzó a reflejarse en sus anteojos, ocultando su expresión—, quisiera hablar contigo, si tienes tiempo.

 

Mo Ran dudó un momento, pero terminó por aceptar. Hizo una carrera hasta el almacén para dejar su pelota y luego fue al baño, se lavó la cara e intentó acomodar su cabello, haciendo todo lo posible para verse presentable y aunque le habría gustado cambiarse el uniforme sudado, tampoco podía dejar a WanNing esperando mucho tiempo.

Trató de regular su respiración cuando regresó a las canchas; WanNing seguía de pie en el mismo lugar, el viento le soplaba el cabello y la poca luz que brillaba en el cielo proyectaba una tenue sombra a sus pies, se veía tan frágil y solitario, como el último carámbano que queda cuando el invierno se va.

 

—Maestro —Mo Ran no lo notó, pero su voz de pronto sonó muy dulce. WanNing por el contrario, fue muy consciente y se sintió ligeramente incómodo, mas trató de ignorarlo. 

—He notado lo perturbados que están Xue Meng y tú en mi clase, hace varios días que hablamos… —WanNing comenzó a caminar, de pronto, tener a Mo Ran tan cerca y a solas, le hizo darse cuenta de que su alumno era más alto que él, también tenía una mejor construcción corporal. Sus ojos morados parecían ser muy profundos y toda su persona se sentía muy dominante, había un sabor vicioso y salvaje a su alrededor, como un perro grande no domesticado que podía saltar sobre este gato huraño en cualquier momento y morder y morder, hasta tragárselo para almacenarlo eternamente en sus entrañas... WanNing se detuvo en sus pensamientos y ocultó su pánico, con esfuerzo logró seguir hablando—; quiero creer que tu comportamiento es por la misma razón, y si es así, te diré lo mismo, no hay necesidad de atormentarse con eventos del pasado, las cosas entre nosotros están bien.

 

Llegaron a la entrada, WanNing se detuvo y volteó porque Mo Ran no decía nada; se arrepintió enseguida. Ya estaba oscuro y la expresión del chico era extraña, lo veía con demasiada intensidad y WanNing no sabía cómo interpretar eso.

 

—Mo Ran…

—No es igual —Mo Ran de pronto habló y sonrió, el gesto fue cálido y genuino, pero contrastaba mucho con la intención que escapaba de sus ojos—, Xue Meng admira al maestro, a mí, el maestro me gusta.

 

Mo Ran se adelantó dos pasos, WanNing retrocedió tres. Estaban en la entrada de una escuela pública y no era exageradamente tarde, pero no parecía haber nadie en los alrededores y WanNing comenzó a sudar cuando chocó contra la pared, ¡no era una chica y ya tenía 30 años!, ¿qué era esta representación de adolescente intimidada por el matón de la escuela? WanNing trató de endurecer su corazón e hizo oídos sordos a las incesantes palpitaciones que vibraban por todo su cuerpo, empujó el pecho de Mo Ran para alejarlo, pero la camiseta deportiva era demasiado delgada y luego del ejercicio, la temperatura de Mo Ran permanecía alta. WanNing se alejó más rápido de lo que se acercó, las puntas de sus orejas pronto se tiñeron carmesí y miró al suelo, avergonzado y enojado.

 

—¡Mo Ran! —Mo Ran se burló pero no insistió más. Enseguida retrocedió y se inclinó de corazón.

—Este alumno maleducado se ha enamorado de usted —su voz volvió a la dulzura inicial—, este alumno sinvergüenza entiende que no es correcto debido a nuestras posiciones —se irguió, la expresión adusta—, aun así, este alumno le pide al maestro que por favor no guste de alguien más y lo espere hasta que crezca correctamente.

 

Llegados a este punto, WanNing agradeció todo por lo que hace unos momentos se quejó; la pared detrás le impidió caerse, la oscuridad ocultó que su rostro parecía sangrar y, sin personas alrededor, nadie pudo enterarse de que un chico tan guapo se estaba declarando a su viejo profesor.

 

Este anciano cumplió ayer 34 años, su cabello ya es lo bastante largo para atarlo en una pequeña cola de caballo y debido a lo informal de la ocasión, tiene sueltos alrededor de su rostro varios mechones necios que lo hacen ver bastante gentil. El corazón de Mo Ran late desenfrenado mientras lo ve, se siente muy nervioso de repente porque WanNing sigue siendo tan hermoso como cuando lo conoció, y a cinco metros sobre él parece aún más inalcanzable que nunca. Dejando escapar un suspiro, Mo Ran se golpea el pecho y WanNing se ríe al verlo:

 

—¿Has crecido correctamente por fin? —la voz es perezosa, llena de una burla que no se molesta en disimular.

—¡WanNing! —Mo Ran se sonroja, recordando sin querer lo atrevido que fue cuando apenas tenía veinte.

—Está bien, no me ha gustado nadie más en estos cuatro años.

 

Mo Ran encoge el cuello y pisotea, entonces sus ojos se desvían hacia la puerta y ve en la cerradura una llave abandonada, inmediatamente mira a WanNing de vuelta; sus ojos llenos de un desconcierto que se derrama cuando le dicen que sí.

 

Que no es una broma.

 

Que es real.

 

Que esta es una historia de amor desde la primera vez que te vi.









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