Hurt X {Soukoku}

By KyuNaFish - 3:56 p.m.





Cuatro de la mañana, Chūya se levanta de muy mala gana ante el insistente sonido de su timbre. ¿Quién viene a molestarlo a semejantes horas? No se digna a corroborarlo y de una abre la puerta: inesperadamente es Akiko y su primer movimiento es una bofetada. La cara de Chūya literalmente gira y cuando reacciona, siente su mejilla arder y el sabor de la sangre dentro de su boca.

—Lárgate. —Yosano ladra la orden y antes de irse, le arroja a la cara un sobre pesado.

Sus tacones suenan como un estruendo en el vacío y silencioso pasillo. Chūya se aprieta la mandíbula y recoge el sobre. No se atreve a cuestionar porqué fue eso, sabe muy bien que tal acción se debe a lo que pasó hace sólo unas horas en la clínica.

Al vaciar el sobre encima de su cama lo primero en caer es un pasaje de avión y Chūya no puede evitar dejar salir una sonrisita, vaya movimiento más previsible, pero el sobre es grande y pesado por lo que obviamente no es lo único que hay allí; agitando más fuerte, un paquete grueso de hojas cae. Son alrededor de veinte hojas y todas están enumeradas, además de engrapadas para evitar que se revuelvan: parece un tipo de expediente médico.

El expediente de Dazai.

Chūya lo deja caer sobre la cama violentamente, como si al tocar aquellas hojas lo quemaran o enfermaran de alguna manera.
Pasa los siguientes minutos debatiéndose entre sí leerlo o no… ¿qué cambiaría? Chūya ya sabe que Dazai está enfermo, desde hace años los sabe. Cuando su noviazgo empezó a descomponerse en la… cosa que terminó siendo, Chūya se dio cuenta; porque al principio Dazai fue sincero con sus sentimientos, la forma en que lo procuraba y le demostraba su amor era real… tangible. Pero igualmente, la aversión que vino después, la manera en que huía de él y hasta el hecho de que parecía odiarlo de un día para otro…, Dazai resultaba extremista en sus sentimientos y dolía tanto, pero también le hacía entender que no era normal…

Pero Dazai nunca había sido normal y constantemente Chūya se preguntaba a sí mismo sino sólo estaba siendo condescendiente con él porque lo amaba y le quería conseguir una excusa. Paulatinamente se olvidó de eso también, y se concentró únicamente en que Dazai era un cabrón que no merecía ni su lástima, sin embargo aquí estaba él otra vez: en Yokohama, jugando a que podía querer al castaño de la sonrisa lunática otra vez.

Qué patético.

Chūya no juega ningún juego, él quiere a Dazai. A pesar de todo, sigue estúpidamente enamorado.

Aunque su amor es actualmente venenoso y tóxico…

Ante la revelación, Chūya tirita y se muerde el labio, ¿no está haciendo exactamente lo mismo que Dazai le hacía en el pasado entonces? ¿Qué los diferencia ahora? Bueno, eso tiene respuesta, Dazai está enfermo de algo y Chūya simplemente es un hijo de puta vengativo y malo. Chūya resopla y coge el juego de papeles de su cama, lo mira fijamente y luego ve su reloj: cinco de la mañana.

Acaba de tomar una decisión.

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