Día 7: Crossover

By KyuNaFish - 6:15 p.m.





Narumi y Hanako caminaron como de costumbre hacia el bar ubicado a unas calles de su trabajo, esta vez ni Kabakura ni Hirotaka iban con ellas; los chicos prefirieron ir por su lado en una «misión secreta», aunque para Hanako resultaba ridículamente obvio que su novio sólo estaba haciéndose el tonto para escaparse y comprar una figura en edición limitada que venía deseando desde hacía un par de meses.

—¿Qué pasa con ese suspiro? —Preguntó Narumi justo cuando atravesaban el umbral del bar, Hanako no intentó contestar hasta que ubicaron una mesa vacía.

Normalmente tomarían un cubículo privado, pero hoy estaban solas y la privacidad no parecía ser prioridad en estos momentos.

—A veces me pregunto si Kabakura…
—¡Jódete!

Hanako cortó su oración inmediatamente y junto con Narumi levantaron la cabeza por sobre la demás gente para ver de dónde provenía el grito: un par de hombres… peculiares, estaban «conviviendo» a sólo un par de mesas de distancia de la suya. El más alto de ellos, castaño y cubierto con una gabardina del color de la arena, jugueteaba con un sombrero negro, haciendo gestos desagradables exagerados y murmurando cosas que ya no alcanzaban a escuchar. Su compañero estaba visiblemente borracho, tenía los ojos azules brillosos y casi se desparramaba sobre la mesa, de él era de donde provenían las malas palabras que de vez en cuando se escuchaban demasiado alto.

Tanto Narumi como Hanako intercambiaron miradas por un momento y luego sonrieron; hicieron su orden un poco descuidada cuando el camarero se presentó y esperaron pacientemente a que el chico volviera con su comida y bebidas, principalmente.

—No puedo creer que la besaras. —Reclamó Narumi de repente y Hanako volvió a mirar a la pareja de hombres. El pelirrojo de los ojos azules estaba murmurando otra vez mientras se empinaba la botella de sake—; ¿por qué lo hiciste? Creí… creí que me amabas.

Hanako dejó ir una risita e inmediatamente después se puso seria.

—¡Ah! ¿De verdad pensaste eso? —Los ojos de Hanako seguían fijos en el castaño mientras entraba en su papel—; ¿cómo pudiste pensar que siquiera podría fijarme en ti?

El pelirrojo dio un manotazo débil sobre la mesa.

—¡Detén este juego! —Narumi gimoteó e hizo un gran esfuerzo para que su susurro sonara doloroso y ebrio—. Sé que me amas, en palabras puedes decir lo que quieras, ¡pero tus ojos no me mienten!
—Ah… —Hanako canturreó el suspiro justo cuando el castaño se inclinaba un poco hacia adelante y acomodaba el sombrero que había estado jugando, sobre la cabeza del pelirrojo—. No la besé. —El pelirrojo levantó la cabeza como impulsado por un resorte. Su cara estaba roja—. No podría. Siempre estoy pensando en ti.

Hanako y Narumi reprimieron un gemido de excitación cuando los hombres en cuestión se levantaron de la mesa, el castaño alto iba sonriendo estúpidamente y el pelirrojo sonrojado, daba tumbos de repente.

—Mira esa diferencia de alturas… —Susurró Narumi, sacando su teléfono celular y tomando fotografías en modo ráfaga.
—Mira cómo el pelirrojo rechaza su ayuda. —Hanako estaba grabando un video.
—Uke tsundere, muy violento y grosero pero lindo y adorable a cantidades iguales.
—Seme hijo de puta, burlón y cruel pero enamorado hasta el tuétano. 
—Sí.
—Sí.


Ambas suspiraron ruidosamente cuando el dúo por fin desapareció de su vista y se miraron con complicidad.





***

Por si no conocen a las hermosuras acá mencionadas, aclaro que son de Wotakoi

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