Una página del libro mágico es todo lo
que necesitas para escribir tu deseo y hacerlo realidad; hay que pagar un
precio, claro, y elevado por lo que dicen los rumores. Pero eso a Fitzgerald no
pareció importarle, y actualmente, Fyodor busca como un perro rabioso hacerse
del mentado tesoro sin que parezca temer a las consecuencias.
Es entonces que Chūya piensa en sus
noches libres, (cuando el demonio parece darles un respiro y tiempo de
reposición, cuando está sólo en su antigua habitación… la que alguna vez
compartió; cada que ve a Akutagawa con la mente volando lejos y los ojos opacos
y tristes, o cuando se quita los guantes y su piel se eriza por el roce del
viento y se siente abandonado y sin demasiadas razones para vivir), si él
también podría pagar el costo de su deseo sin titubear.
¿Qué tanto pide la vida por salvar a
Dazai?
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